LUNES DE 20 A 22 hs
www.ciclopradio.com.ar

JOHNs o JUANES


JOHN LEE HOOKER JOHN BERGER JOHN KEATS
JOHN FORD JUAN DOMINGO PERÓN JOHN LURIE
JOHN DILLINGER JUAN RULFO JOHNNY CASH
JUAN FILLOY JOHN FARROW JOHN FRUSCIANTE
JEAN LUC GODARD GIOVANNI BELLINI JOHN WAYNE
JOHN CALE JOHN COLTRANE JOHN STEINBECK
DR. JOHN JOHN LENNON JOHN ENTWISTLE JOHN PEEL
 JOHN HUSTON JOHN TRAVOLTA JUAN L. ORTIZ
 JOHN CAGE JEAN PAUL SARTRE GIOVANNI BOCCACIO
JUAN GELMAN JOHN MALKOVICH JOHN F. KENNEDY 
 JOHN MAXWELL COETZEE JUAN JOSÉ SAER
JOHN CASSAVETES JOHN MAYALL’S BLUESBACKERS
JOHN TUTURRO JOHN LYDON JOHN MILTON


Programa n°152 - 17 de octubre del 2011

MAPAS


Líneas discontinuas cruzan océanos de París a Casablanca.
Destinos marcados por el deseo de encontrar el Lugar que no está ahí,
se ahogan en la topografía que muta de los esférico a lo plano 
para delimitar MAPAS



Programa n° 152 - 10 de octubre del 2011

Literatura de ESCENARIOS

Sobre escenarios y algo que es recurrente a sus efectos, esta vez nos inmovilizó el pánico escénico y las dudas que tuvo un pianista en su primer concierto. Un maravilloso cuento de Felisberto Hernández, músico y escritor uruguayo, en el cual el lector sufre las ansias de saber cuál será el momento en que nuestro músico cometa algún error, distraído por sus diálogos internos mientras acapara el escenario. Dejen que sus ojos lean y sus oídos se endulcen con la melodía de un extracto de "Mi primer concierto":

(...) Fue en el instante de recordar eso, cuando a mí se me ocurrió por primera vez ensayar la presentación de un concierto en lo que él tuviera de teatral. Primero revisé bien todo el teatro para estar seguro de que nadie me vería y enseguida empecé a ensayar la cruzada del escenario; iba desde la puerta del decorado hasta el piano. La primera vez entré tan ligero como un repartidor apurado que va a dejar la carne encima de una mesa. Ésa no era la manera de resolver las cosas. Yo tendría que entrar con la lentitud del que va a dar el concierto vigésimocuarto de la decimonovena temporada; casi con aburrimiento; y no debía lanzarme cuando mi vanidad estuviera asustada; debía dar la impresión de llevar con descuido, algo propio, misterioso, elaborado en una vida desconocida. Empecé a entrar lentamente; supuse con bastante fuerza la presencia del público y me encontré con que no podía caminar bien y que al poner atención en mis pasos yo no sabía cómo caminaba yo; entonces traté de pasear distraído por otro lado que no fuera el escenario y de copiarme mis propios pasos. Algunas veces pude sorprenderme descuidado; pero aun cuando llevaba el cuerpo flojo y quería ser natural, experimentaba distintas maneras de andar: movía las caderas como un torero, o iba duro como si llevara una bandeja cargada, o me inclinaba hacia los lados como un boxeador.
Después me encontré con otra dificultad grande: las manos. Ya me había parecido feo que algunos concertistas, en el momento de saludar al público, dejaran colgar y balancearse los brazos, como si fueran péndulos. Ensayé caminar llevándolos al mismo ritmo que los pasos; pero eso resultaba mejor para una parada militar. Entonces se me ocurrió algo que por mucho tiempo creí novedoso; entraría tomándome el puño izquierdo con la mano derecha, como si fuera abrochándome un gemelo. (Años después un actor me dijo que aquello era una vulgaridad y que la llamaban "la pose del bailarín"; entonces, riéndose, imitó los pasos de una danza y alternativamente se iba tomando el puño izquierdo con la mano derecha y después el puño derecho con la mano izquierda (...). 


Continúa...

ESCENARIOS :: PAULA OTEGUI (artista)


ENTRE LAS RAMAS Y CASCADAS DE TINTA
PERSONAJES EXTRAÑAMENTE ANIMADOS
REPRESENTAN MARAVILLOSAS FÁBULAS.
SERES QUE AÑORAN ALCANZAR LAS ESTRELLAS
ILUMINADOS POR LA UTOPÍA IMAGINARIA 
DE LOS CUENTOS CON PAISAJES DE NATURALEZA BARROCA
QUE CUELGAN DE LOS PLATOS QUE ADORNAN LOS ESCENARIOS

Entrevistamos a Paula Otegui, 
quien expone "Lugares comunes" en Pabellón 4


Programa nº 151 - 3 de octubre del 2011

Literatura de FLORES

El "Lenguaje de las flores" es uno de los textos de Georges Bataille, incluido en La conjuración sagrada: ensayos 1929-1939; que, de alguna manera, nos motivó a re-pensar la fórmula mágica que va desde recibir flores a ser feliz por tal cosa. Bataille nos alerta sobre los riesgos de sustituir formas naturales por abstracciones y su reducción en una extraña puesta en escena.  

Estimados oyentes y lectores, llegamos a los 150 programas en CicloP-Radio y por eso recibimos FLORES. Gran excusa para traer a Bataille a nuestro Punto de Fuga  y evocar (un extracto de) su lenguaje:

Es vano considerar en el aspecto de las cosas únicamente los signos inteligibles que permiten distinguir elementos diversos. Lo que afecta a los ojos humanos no determina solamente el conocimiento de las relaciones entre los diferentes objetos, sino también cierto estado mental decisivo e inexplicable. De modo que la visión de una flor denota, es verdad, la presencia de esa parte definida de una planta; pero es imposible detenerse en ese resultado superficial: en efecto, la visión de la flor provoca en la mente reacciones de consecuencias mucho mayores debido a que expresa una oscura decisión de la naturaleza vegetal. Lo que revelan la configuración y el color de la corola, lo que descubren las máculas del polen o la lozanía del pistilo, sin duda no puede ser expresado adecuadamente por medio del lenguaje; sin embargo, es inútil desatender, como generalmente se hace, esa inexpresable presencia real y rechazar como un absurdo pueril ciertas tentativas de interpretación simbólica.

Que la mayoría de las yuxtaposiciones del lenguaje de las flores tienen un carácter fortuito y superficial es algo que se podría prever aun antes de consultar la lista tradicional.

Si el diente de león significa expansión, el narciso egoísmo o el ajenjo amargura, vemos la razón con demasiada facilidad. Obviamente no se trata de una adivinación del sentido secreto de las flores, y de inmediato discernimos la propiedad bien conocida o la leyenda que se debió utilizar. Por otro lado, en vano buscaríamos aproximaciones que manifiesten de una manera contundente la inteligencia oscura de las cosas que estamos considerando. Poco importa, en suma, que la aguileña sea el emblema de la tristeza, el dragón de los deseos, el nenúfar de la indiferencia... Parece oportuno reconocer que esas aproximaciones pueden ser renovadas a voluntad, y basta con reservar una importancia primordial a interpretaciones mucho más simples: como las que vinculan la rosa y el euforbio con el amor. Sin duda, no es que esas dos flores exclusivamente puedan designar el amor humano: aun si hay una correspondencia más exacta (como cuando se le hace decir al euforbio esta frase: "Usted ha despertado mi corazón", tan conmovedora, expresada por una flor tan equívoca), es a la flor en general, antes que a tal o cual de las flores, a la que se ha intentado atribuir el raro privilegio de declarar la presencia del amor.

Pero tal interpretación corre el riesgo de parecer poco sorprendente: en efecto, el amor puede ser considerado desde el principio como la función natural de la flor. De modo que la simbolización se debería también en este caso a una propiedad precisa, no al aspecto que afecta oscuramente la sensibilidad humana. No tendría entonces sino un valor puramente subjetivo. Los hombres habrían relacionado la eclosión de las flores y sus sentimientos debido a que en ambos casos se trata de fenómenos que preceden a la fecundación. El papel otorgado a los símbolos en las interpretaciones psicoanalíticas co-rroboraría además una explicación de ese orden. En efecto, casi siempre es una relación accidental lo que da cuenta del origen de las sustituciones en los sueños. Es bastante conocido, entre otros, el sentido dado a los objetos según sean puntiagudos o huecos.

Continúa...