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6º Programa - Rivalidades


"Los intelectuales son como los mafiosos: sólo te matan si eres uno de ellos". Woody Allen

Un sentimiento absurdo, avaro. Se enfrentan. Hay rechazo, odio. Deseos que forman parte del universo de los sentimientos pasionales del ser humano cuyo fin es la victoria. Para conseguirla, saltará escollos en el camino y urdirá estrategias macabras. O, simplemente, se dejará ser para insinuar la superioridad al enemigo. El sentimiento de rivalidades se puede presentar entre sujetos (las peleas por rencores o por celos irracionales), entre tribus urbanas o seguidores de grupos musicales, entre nacionalidades, entre equipos de fútbol y entre marcas de gaseosas. La venganza es un arma de doble filo. Siempre a mano.
Las rivalidades personales o de grupo se generan espontáneamente y, a veces, conllevan una larga historia. Sin embargo, la competencia (en una diferencia muy sutil con respecto a la rivalidad) es generada y estimulada en el mundo contemporáneo en el marco de la empresa, los medios de comunicación que las utilizan con fines lucrativos y la propia política partidaria.

En el CINE, el conflicto es la esencia del drama. El protagonista lleva consigo un problema interno que es necesario que sea activado por una fuerza o suceso externo que permita el desarrollo del conflicto dramático, y el inicio de la historia. Así, hay un protagonista y a quien se le opone, el antagonista. Ambos quieren lo mismo, o bien el antagonista quiere que el protagonista no obtenga lo que desea. Un antagonista es un personaje o grupo de personajes, e incluso a veces una institución de una historia que representa la oposición a un protagonista o héroe con el cual debe enfrentarse. La fuerza aparente y necesaria para que exista un conflicto. Cabe recordar que el antagonista necesariamente no tiene que ser siempre un humano ni tampoco "bueno" o "malo". Puede también representar algún elemento psicológico o místico, pero es importante que protagonista y antagonista se encuentren en equilibrio de fuerzas. Es el antagonista y su “poder” lo que va a definir la fuerza del conflicto.

Para Alfred Hitchcock, el cine es un medio para sacar a pasear sus demonios. Su relación con las actrices que trabajaron en sus películas siempre fue controversial. Cuando dirigió a Joan Fontaine en “Rebeca” (1940), la mantuvo para su propio deleite constantemente desequilibrada. Otro ejemplo famoso es el rodaje de “Los pájaros”. Hitchcock, obsesionado por la actriz protagonista, Tippi Hedren, encargó a algunos miembros del equipo que la espiaran cuando abandonaba el plató, para averiguar con quién andaba y adónde iba. Para quienes participaban de la filmación era obvio el sadismo del director. Hitchcock jugó con la actriz como un adolescente perverso destrozando una muñeca perfecta.

Extracto de “El cine según Hichcock” de Francois Truffaut:

La jaula dorada de Melanie Daniel

F.T.: Yo no creo que se intente anticipar tanto en "The Birds". Lo único que se adivina es que los ataques de los pájaros van a hacerse cada vez más graves. En la primera parte se contempla un film normal, psicológico, y sólo el último plano de cada escena evoca la amenaza de los pájaros.

A.H.: Debía hacerlo de esta manera porque el público se siente influido por la publicidad, los artículos, las críticas... El público oye hablar de la película por los rumores que se pasa unos a otros. No quiero que se impaciente esperando a los pájaros, pues entonces no prestaría bastante atención a la historia de los personajes. Esas alusiones al final de cada escena, es como si dijera al público: «Tenga paciencia, tenga paciencia. Ya vienen.» Ahora bien, seguramente hay matices que permanecerán desapercibidos, pero son totalmente necesarios pues enriquecen el conjunto y le dan más fuerza. Al comienzo del film, tenemos a Rod Taylor en la tienda en que se vende los pájaros. Atrapa el canario que se había escapado, lo devuelve a su jaula y, sonriente, dice a Tippi: «Te devuelvo a tu jaula dorada, Melanie Daniel.» Añadí esta frase durante el rodaje, porque pensé que servía para definir al personaje de la muchacha rica y mimada. De esta manera, luego, durante el ataque de las gaviotas al pueblo, cuando Melanie Daniel se refugia en la cabina telefónica, mi intención es mostrar que es como un pájaro en una jaula. No se trata de una jaula dorada, sino de una jaula de desdicha, y esto señala también el comienzo de su prueba de fuego. Asistimos a la inversión del viejo conflicto entre los hombres y los pájaros y esta vez los pájaros están fuera y el ser humano está en la jaula. Ahora bien, cuando ruedo cosas como ésta, no espero que el público lo comprenda todo.

F.T.: Aunque la metáfora no se haga consciente, la escena esta ahí, con toda su potencia. En el mismo orden de ideas, me parece perfecto haber rodado el diálogo de la escena de la pajarería en torno a la búsqueda de los pájaros de amor «love birds», porque después el film pondrá en escena pájaros de odio. A lo largo del film estas referencias a los «love birds» tienen un carácter muy irónico.

A.H.: Irónico y necesario, porque el amor sobrevive a todas estas pruebas ¿no? Al final, antes de subir al automóvil, la niña pregunta: «¿Puedo llevarme a los pájaros de amor?» Y con ello queda demostrado que algo bueno sobrevive a través de esa pareja de «love birds».

F.T.: Cada vez que el diálogo hace alusión a los pájaros de amor, esto se produce precisamente en e interior de una escena en que acaba de hablarse de las relaciones amorosas, no sólo con la madre, sino también con la maestra, se utiliza constantemente en doble sentido.

A.H.: ¡Y ello demuestra claramente que la palabra amor es una palabra eminentemente sospechosa!


Florida y Boedo. Serenidad en la querella.

A principios de la década de 1920, el mundo de posguerra se unifica por obra de las conquistas técnicas y de la veloz difusión de las ideas. Una suerte de inconformismo feliz se levanta contra todo lo cristalizado. El artista comienza a integrarse en el contexto social; renuncia a singularizarse y a subrayar diferencias.
En la Argentina, el grupo reunido bajo la revista Martín Fierro, nacida en 1924, proclaman ser izquierdistas en estética y conservadores en política. Evar Méndez, Oliverio Girondo, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Raúl González Tuñón se reunen en una sede de la revista cerca de la calle Florida. En tanto que sus oponentes, se muestran izquierdistas en el plano social y conservadores en estética. La "cuestión social" es la problemática que agrupa a escritores como Elías Castelnuovo, Alvaro Yunque, Leónidas Barletta y Alberto Mariani, que publicaban sus textos en Editorial Claridad. La calle Boedo es su escenario natural. Sin embargo, no se trata de bandos antagónicos capaces de producir distanciamientos personales. Antes bien, las relaciones entre uno y otro círculo nunca se ven afectadas por la naturaleza disímil de sus tendencias y opiniones. Roberto Mariani, socialista revolucionario, censura por "europeizante" la prédica de Martín Fierro, pero lo hace desde la misma Martín Fierro, donde sigue colaborando a pesar de su franca oposición.
Martín Fierro proclama que la la última poesía "lejos de considerar la realidad, la vida cotidiana, como fines de expresión directa, toma a éstas como productos que es necesario asimilar, como excitantes de un espíritu esencialmente constructivo y creador". Se inicia el fuego libre entre los grupos. Cuando queda fundada la revista Extrema izquierda, recibe el saludo de Martín Fierro: "Ahora si que debe estar contento Roberto Mariani. Apareció Extrema izquierda. ¡Salutte! Muy realista, muy humana. El léxico que zarandean sus redactores es de un extremado realismo,: masturbación prostitución, piojos, pelandrunas, etc. etc." Asimismo, el movimiento ultraísta de Martín Fierro fue condenado por los reaccionarios en literatura pero también por los que parecían más avanzados en el pensamiento (Boedo). Pero como este pensamiento era de compromiso ideológico más que estético se pueden resumir las dos actitudes "beligerantes": Florida es vanguardia y ultraísmo y Boedo es izquierda y realismo.

Picasso-Matisse: del amor al odio

Es una de las relaciones más interesantes de la historia del arte. Iba de la burla infantil estilo "mirá cómo pinto mejor yo" hasta la competencia violenta, pero también a la sincera admiración y a contagios de genialidad. Matisse mismo dijo: "Nadie jamás ha mirado mi obra como Picasso, y nadie ha mirado la obra de Picasso como yo".
Cierta vez decidieron intercambiarse obras y Pablo se llevó un retrato de Marguerite, la hija de Matisse. Según Gertrude Stein (poeta estadounidense), lo eligió porque era el peor de su producción, y así trataron el cuadro sus seguidores que le tiraban dardos con ventosas a ver quién le pagaba en la nariz.
La mayor parte de los encuentros entre los pintores se daban en la casa de Gertrude Stein, residente en Francia desde 1903. Picasso, consciente de lo mal que hablaba francés, se quedaba calladito e inhibido y se enojaba cuando le pedían que explicara las cosas de su obra que él mismo consideraba inexplicables. En cambio, Matisse desplegaba una gran lucidez y precisión que impresionaba a la gente. Al mismo tiempo, mientras Picasso había adoptado el overol proletario para vestir, Matisse se vestía siempre con sacos de tweed, muy elegante, como corresponde a la cabeza de una escuela artística. Picasso odiaba esos encuentros; sin embargo, tomó mucho de Matisse en su obra. Tanto que Matisse lo llamó "un bandido esperando en la trampa".

Autoretatro - Picasso

Autoretrato - Matisse

Mujer - Picasso

Desnudo Azul - Matisse

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